De Oriol afirmó que en España se educa a los hijos igual que a las hijas y que lo que sorprende es "por qué teniendo igualdad de oportunidades, no hay igualdad de destino", ya que las mujeres no acceden con las mismas facilidades a los puestos directivos. En esta línea, la empresaria apuntó que para que las mujeres lleguen a altos cargos no hace falta regulación, sino "entender que un puesto directivo requiere sacrificios".
En lo que se refiere a la legislación, la empresaria criticó que "las regulaciones, en vez de favorecer a la mujer, la están condenando". En su opinión, hay que vincular de nuevo las mujeres a su productividad diaria, como variable que más incide en la motivación. En su opinión, la mujer tiene que cubrir bajas expectativas: "Cuando esperan poco de ti, es fácil que les sorprendas gratamente".
Esta no es la primera vez que unas declaraciones de Mónica de Oriol generan polémica. En abril de este año, la presidenta del Círculo de Empresarios propuso salarios inferiores al sueldo mínimo para los trabajadores menos cualificados. Afirmó que no consideraba acertado que la normativa obligue a pagar a estos trabajadores, "aunque no valgan para nada", un salario mínimo "que no producen". Unos días después reconoció que se había equivocado y pidió disculpas.
¿Os extraña? Pues sí. Así piensan la mayoría de las mujeres que en este país han llegado a puestos de responsabilidad, solo que no se dice porque queda feo pero se hace. Naturalmente, ellas están seleccionadas por ellos que son los que mandan y también piensan así.
ResponderEliminarNo importan los conocimientos, las habilidades, ni los méritos si quieres prosperar en tu vida profesional tienes que pensar así y actuar en consecuencia. De otra forma, no te darán la oportunidad. Por eso, las pocas mujeres que llegan a puestos de relevancia no ayudan a otras mujeres, no las vayan a acusar de blandas. Así es en la gran mayoría de los casos, eso sí, éstos hacen más dignas las escasas excepciones.
Y en Atos está más que claro, “conciliación” de palabra y en realidad un ere para echarlas.
Esperemos que algún día cambie, aunque costará por ese problema endémico de este país que mezcla egoísmo y miopía, y con unas mujeres que prefieren no ver lo que pasa a su alrededor.