domingo, 6 de diciembre de 2015

Un grave error informático provoca que la web de Renfe funcione correctamente

Técnicos trabajan a contrarreloj para devolver la web a su inoperancia habitual.

Alerta. Caos. Ataque Cibernénico. Todas las alarmas sonaron durante la pasada noche en el centro de control técnico de la red de ferrocarriles españoles, un error informático había desactivado la funcionalidad básica de la web de Renfe: acabar con la paciencia de los usuarios.

Durante la pasada madrugada, los operarios de guardia notaron ciertas señales extrañas: no entraban llamadas de gente quejándose, la inexistencia de recuerdos a todos sus muertos en los foros de internet, ni siquiera ese leve pitido en el oído que indica que alguien se está cagando en tu santísima progenitora, nada.

Ante tal calma chicha, los técnicos decidieron realizar ciertos test sobre la web. Su mayor sorpresa es que todos sus sistemas básicos habían caído. Uno era capaz de comprar un billete sin que la web se colgara. Los horarios se mostraban de forma intuitiva. Incluso la sección de "Preguntas habituales" tenía sentido y resultaba realmente informativa. ¡Un fallo total del sistema!

En primera instancia, todas las sospechas apuntaban hacia un hackeo masivo de la web. Horas después, tras varias auditorías de ciberseguridad se llegó a una conclusión irrefutable: "ningún intruso atacará jamás esa web. Resulta técnicamente imposible hackearla, ya que está demasiado mal como para hacer que empeore algo".

Por parte del Gobierno se han pedido explicaciones a las principales empresas responsables de la web: ocho consultoras, dos constructoras, un despacho de abogados, quince asesores, nueve project managers y un freelance de Cuenca que es el único que ha hecho algo. Todos han admitido fallos y se comprometen a conseguir que la web vuelva a su estado habitual, la más absoluta inestabilidad.

Aunque sucedió de madrugada, cientos de españoles (acostumbrados a comprar un billete en la web ya se habían levantado con un par de horas de antelación) sufrieron ataques de ansiedad, disociación de la realidad y cuadros postraumáticos al ver que la web funcionaba. Ante estos ataques de ansiedad, las autoridades sanitarias recomiendan evitar el uso de la web hasta nuevo aviso. En caso de notarse un pelín mareado ante tante eficacia, acudir al centro de salud o hacienda más cercano e intentar realizar una gestión. Eso nos tranquilizará al momento, tras comprobar que la maquinaria burocrática española sigue funcionando como un reloj (sin pila).

 

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